En este artículo voy a hacer un análisis resumido de una de los parámetros fisiológicos más utilizados en la monitorización de la carga interna en el fútbol: la frecuencia cardiaca (FC). 

Como ya sabemos, el fútbol es un deporte de naturaleza intermitente caracterizado por una alternancia entre periodos de recuperación con ciclos activos (CA) aeróbicos o anaeróbicos aleatorios (1). Durante estos ciclos activos se pueden dar diferentes acciones de lucha, aceleraciones, saltos o cambios de dirección, entre otros, que implican la intervención del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) para proporcionar respuestas activas de carácter simpático. No obstante, conseguir un buen nivel de actividad parasimpática o vagal en los periodos de reposo ayudará a mejorar la recuperación entre esfuerzos o CA. En este sentido, existen multitud de autores que concluyen que monitorizar la FC es un método adecuado de valoración del estado físico y nivel de fatiga (2–8), permitiendo una estimación indirecta de la producción de energía aeróbica, aunque no anaeróbica (9).

A lo largo de los años la gran mayoría de estudios ha basado el análisis y monitorización de la FC en función de la FC máxima (FCmáx) para establecer lor perfiles fisiológicos de los jugadores. Sin embargo, la FC expresada en el porcentaje de la FC de reserva (%FCres) ofrece resultados más precisos (10). Se calcula de la siguiente manera (11): 

%FCres = [(FC media ejercicio – FC reposo) / (FCmáx – FC reposo) x 100]

Ya que cálculo del %FCres tiene en consideración las variaciones del biorritmo, lo que consecuentemente permite la comparación entre jugadores de la respuesta de la FC ante diferentes tipos de actividad o sesiones de entrenamiento.

Valores de la FC en Competición

Tras una extensa revisión de la literatura, recojo los valores principales:

  • FC media: 165 a 175 ppm (10).
  • Rango intensidad FC: 80-90% FCmáx (12,13).
  • 37% de la duración total del partido: rangos del 70-80% y del 80-90% FCmáx (14).

La bibliografía no muestra diferencias en estos valores según el nivel o categoría. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la respuesta de la FC debe relacionarse con la edad, sexo y estado físico de los jugadores (9) ya que pueden existir diferencias en los tiempos de recuperación entre esfuerzos de alta intensidad. Por ejemplo, los jugadores pueden presentar un porcentaje de la FCmáx más alto si están en un bajo nivel de forma física o si el Umbral anaeróbico no está bien establecido por ser más joven. 

Fatiga acumulada

Es importante analizar e interpretar la FC de los jugadores en cada una de las dos partes del partido ya que la intensidad, expresado en porcentaje de la FCmáx, es menor en la segunda parte respecto a la primera como consecuencia de la fatiga acumulada a lo largo del partido (14). Este autor mostró que en la 2ª parte los jugadores están menos tiempo en rangos del 85 al 90% de la FCmáx y un mayor tiempo utilizado en rangos de menor intensidad (75-80% FCmáx). Además, en función de la posición, estilo de juego o características individuales los jugadores muestran una FC media diferente (15). En este sentido, hay autores que concluyen que la FCmáx no es el mejor indicador para valorar la intensidad en el fútbol ya que no tiene en consideración las diferentes repuestas de la FC (10). Aunque dos jugadores tengan la misma FCmáx, pueden presentar diferente FC en reposo, lo que provocará respuestas diferentes durante un partido.

FC por posición de juego

Generalmente los centrocampistas presentan los valores más altos y los defensas centrales los más bajos como consecuencia de la función táctica de cada posición en la forma de juego del fútbol moderno (10). Desde un punto de vista técnico-táctico, los centrocampistas están involucrados tanto en acciones de juego defensivas como ofensivas, por lo que necesitan una mayor capacidad aeróbica para que les posibilite una continua participación en el juego (13). No obstante, como se ha comentado anteriormente el sistema de juego desarrollado por el equipo o las características individuales afectarán en las respuestas de la FC de los jugadores. 

Volumen de Oxígeno máximo consumido (VO2max)

Los valores de FC están estrechamente relacionados con el VO2max. La intensidad media de un futbolista profesional adulto va del 70 al 80% VO2max durante un partido (13). Los futbolistas de primer nivel están en un rango de VO2max de 52-68 ml · kg-1 · min-1 (16). 

Sin embargo, hay que tener en consideración que el tipo de recuperación (activa o pasiva) y el tipo de esfuerzo durante un ejercicio intermitente de corta duración modificará la respuesta de la FC. Aunque las aceleraciones, desaceleraciones o los cambios de dirección tienen un gran efecto sobre la FC, el análisis de la FC no refleja los cambios en el metabolismo anaeróbico (10). Otros factores como la actividad hormonal, las condiciones ambientales o las condiciones del terreno de juego también pueden alterar el comportamiento de la FC, sin tener que afectar al VO2máx en la misma proporción. 

Variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV)

Por último, en los últimos años ha aumentado la importancia de analizar la HRV en un deporte intermitente como el fútbol para examinar en detalle el comportamiento de la FC de recuperación ante diferentes tipos de estímulos. La HRV puede resultar muy interesante para detectar síntomas de sobrentremiento (2–4,6).

Conclusiones

  • La FC es un indicador válido para monitorizar la carga interna de entrenamiento en futbolistas, especialmente la FC de reserva. Sin embargo, puede resultar poco precisa para cuantificar la carga de entrenamiento. 
  • FC media: 165-175 ppm.
  • Rangos de FC en competición más habituales: 70-80% y 80-90% de la FCmáx.
  • VO2max: 52-68 ml · kg-1 · min-1. (Rango 70-80%)
  • La FC debe interpretarse de manera individualizada.
  • La FC debe valorarse por separado en cada una de las partes del partido (fatiga).

Visión personal y Aplicación Práctica

  • La FC es útil para establecer valores fisiológicos de referencia de la capacidad cardiovascular de cada jugador para saber si aparentemente están preparados para soportar las exigencias de competición. En función de los valores obtenidos, se podrían realizar sesiones de entrenamientos diferenciadas a las grupales cuando un jugador lo necesite. 
  • La FC no es útil para cuantificar la carga de entrenamiento en la que se producen todo tipo de acciones; sprints, cambios de dirección, saltos, choques.
  • Siempre que se utilice la FC como parámetro será para la realización de algún test específico sin balón y/o valorar el estado cardiovascular aeróbico del jugador (p.ej., determinar el umbral anaeróbico).

Referencias

  1. Ravé G, Fortrat J-O. Heart rate variability in the standing position reflects training adaptation in professional soccer players. Eur J Appl Physiol. 2016; 116(8): 1575–82.
  2. Proietti R, di Fronso S, Lucas AP, Bortoli L, Robazza C, Fabio YN, et al. Heart rate variability discriminates competitive levels in professional soccer players. J strength Cond Res. 2017; 31(6): 1719–25.
  3. Boullosa DA, Abreu L, Nakamura FY, Muñoz VE, Domínguez E, Leicht AS. Cardiac autonomic adaptations in elite Spanish soccer players during preseason. Int J Sports Physiol Perform. 2013; 8(4): 400–9.
  4. Naranjo J, De la Cruz B, Sarabia E, De Hoyo M, Dominguez-Cobo S. Two New Indexes for the Assessment of Autonomic Balance in Elite Soccer Players. Int J Sports Physiol Perform. 2015; 10(4): 452–7.
  5. Task Force of The European Society of Cardiology and The North American Society of Pacing and Electrophysiology. Heart rate variability, standards of measurement, physiological interpretation, and clinical use. Eur Heart J. 1996; 17: 354–81.
  6.   Naranjo J, De la Cruz B, Sarabia E, De Hoyo M, Domínguez-Cobo S. Heart Rate Variability: a Follow-up in Elite Soccer Players Throughout the Season. Int J Sports Med [Internet]. 2015; 36(11): 881–6.
  7. Mourot L, Bouhaddi M, Perrey S, Cappelle S, Henriet M-T, Wolf J-P, et al. Decrease in heart rate variability with overtraining: assessment by the Poincaré plot analysis. Clin Physiol Funct Imaging. 2004; 24(1): 10–8.
  8. Buchheit M, Racinais S, Bilsborough JC, Bourdon PC, Voss SC, Hocking J, et al. Monitoring fitness, fatigue and running performance during a pre-season training camp in elite football players. J Sci Med Sport. 2013; 16(6): 550–5.
  9. Bangsbo J, Mohr M, Krustrup P. Physical and metabolic demands of training and match-play in the elite football player. J Sports Sci. 2006; 24(7): 665–74.
  10. Alexandre D, da Silva CD, Hill-Haas S, Wong DP, Natali AJ, De Lima JRP, et al. Heart rate monitoring in soccer: interest and limits during competitive match play and training, practical application. J strength Cond Res. 2012; 26(10): 2890–906.
  11. Karvonen MJ, Kentala E, Mustala O. The effects of training on heart rate; a longitudinal study. Ann Med Exp Biol Fenn. 1957; 35(3): 307–15.
  12. Bangsbo J, Nørregaard L, Thorsø F. Activity profile of competition soccer. Can J Sport Sci. 1991; 16(2): 110–6.
  13. Stølen T, Chamari K, Castagna C, Wisløff U. Physiology of soccer: an update. Sports Med. 2005; 35(6): 501–36.
  14. Helgerud J, Engen LC, Wisloff U, Hoff J. Aerobic endurance training improves soccer performance. Med Sci Sports Exerc. 2001 Nov; 33(11): 1925–31.
  15. Suarez-Arrones L, Torreño N, Requena B, Sáez De Villarreal E, Casamichana D, Barbero-Alvarez JC, et al. Match-play activity profile in professional soccer players during official games and the relationship between external and internal load. J Sports Med Phys Fitness. 2015; 55(12): 1417–22.
  16. Owen AL, Forsyth JJ, Wong DP, Dellal A, Connelly SP, Chamari K. Heart Rate–Based Training Intensity and Its Impact on Injury Incidence Among Elite-Level Professional Soccer Players. J Strength Cond Res. 2015; 29(6): 1705–12.

Berni Guerrero-Calderón

Preparador Físico | Readaptador Lesiones | Analista Rendimiento Físico

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Este artículo ha sido realizado en base a las referencias reflejadas, otros estudios revisados no reflejados y según la experiencia y conocimiento del autor. De esta manera, pueden incluir opiniones e ideas subjetivas no contrastadas en la literatura. 

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